Reflexiones de Tipo Eclesiológico

Por Padre Gregorio Congote

Fue muy emocionante haber tenido la Misa de Bienvenida de los Jóvenes Para Cristo el domingo pasado. El grupo comenzará la reunión de oración a partir del lunes 21 de marzo a las 7:00 pm., y los crecimientos o estudios de Biblia el domingo de Pascua de 11:00 a 1:00 pm.

Tuvimos visitantes procedentes de muchas partes diferentes. La celebración después de la Eucaristía me trajo reflexiones de tipo eclesiológico. Eclesiología es la rama de la teología que profundiza en el estudio de los que significa ser iglesia. En esa reunión sentí lo que significa ser pueblo de Dios, o sea se vivió como una fiesta en la que estaban todos aquellos que viven en unión con Dios. Era un grupo muy grande de bautizados que han nacido de los alto por el agua y el Espíritu (Juan 3, 3-5). Le gente manifestó mucha emoción en el momento en que trajeron la imagen de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe y el crucifijo con el cuerpo de Cristo porque todo el grupo tiene como jefe a Cristo, cabeza de todo el cuerpo formado por los hombres unidos a Dios. La credencial que distingue a los miembros de la iglesia es el Espíritu Santo que habita en sus corazones y les da la dignidad y la libertad de hijos de Dios. Hubo enormes gestos de hospitalidad pues las diferentes comunidades trajeron muchos regalos y se compartió un delicioso platillo, bebidas y pasteles. La ley que rige dentro de la iglesia es el mandamiento nuevo: ¨amar a todos como el mismo Cristo nos amó.¨ La misión de cada miembro de la iglesia es ser sal de la tierra y luz del mundo. Cada miembro de la iglesia es una semilla de salvación para todos los demás. El destino se vivió con tanta emoción que es el Reino de Dios. Todos queremos lograr que reine Dios para siempre en nuestros corazones. Nuestra Iglesia es una, porque es la única fundada por Cristo; santa, porque sus miembros y su misión son santos; católica, porque es universal; y apostólica, porque está fundada sobre el legado y autoridad de los apóstoles. Que alegría haber podido tener esta experiencia eclesiológica en nuestra fiesta de bienvenida.