De la Granja a la Escuela

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Por Lucia Schulz (CRA)

Antes invadido por hierbas altas y pinos, un área rodeado de milpas de maíz en las afueras de Fremont, ahora es un oasis de alimento.

Hilda Moreno y su esposo, Carlos Alvarado Vega, son granjeros principiantes latinos. La pareja compró la granja hace dos años y por la petición de sus hijos empezaron un negocio de aves de corral de pequeña escala enfocados en la producción de huevos.

Ellos querían comida más fresca y mejor, y por eso  Hilda asumió el reto de dirigir el cambio hacia mejor comida al cultivarla ellos mismos. Con mucho trabajo- removió los matorrales como un colonizador- fue lo que se llevó a cabo para transformar su selva. Carlos fue trasplantando los pinos para crear barreras y plantó árboles  de manzanas, peras, ciruela y durazno.

En Los Dos Potrillos, tienen criadero de gallinas, faisanes, gansos y caprinos. Tienen una parcela de 80 pies por 40 pies de maíz dulce, y otra parcela de 40 pies por 60 pies de chiles serranos, papas, melones almizclero, sandías y tomates. Sus metas son incluir abejas y colmenas para miel, incrementar caprinos para carne y ampliar la operacion de vegetales.

Otra meta es de tener un mercado diverso, aprovechando tal vez  el del mercado escolar.

Recientemente Hilda asistió a un entrenamiento de la granja a escuela del Centro Para Asuntos Rurales llevado a cabo en la Asociación de Nutrición de las Escuelas de Nebraska en Kearney  para aprender más acerca de lo que se necesita para que sus productos lleguen a las escuelas.

Ella se unió a un grupo de productoras junta con su intérprete del Centro Lucía Schulz para compartir la historia de su granja con casi 50 empleados del servicio de alimento escolar.

Hilda estuvo de acuerdo que tendría que ajustar los proyectos de producción para cumplir con las necesidades y deseos escolares; ella empezó a hablar de productos diversos que ellos podrán ofrecer y su capacidad de aumentar la producción actual. Esta es un historia de oportunidad, pero es importante dirigirnos de una barrera común: los granjeros y escuelas hablan diferentes idiomas. Hay diferentes escuelas y granjas interesadas en entablar o explorar estos tipos de conversaciones de adquisición de comidas locales. Estas preguntas abrirán puertas que antes estaban cerradas. La responsabilidad está en las manos de los administradores, empleados del servicio de alimentos escolares y nuestros granjeros locales para explorar oportunidades que benefician igualmente a las comunidades, niños y granjeros.

Los siguientes pasos de Hilda incluyen asociarse con distribuidores de alimento local, como el Nebraska Food Cooperative que formó parte del equipo de granjeros, para aprender acerca de opciones para distribuir sus productos y formar asociaciones escolares. Esperamos con mucha ilusión el  2017 y ver cómo les va a Los Dos Potrillo para cumplir con los encargos  de comida. Habrá muchas lecciones que podemos aprender de este negocio agrícola diverso e intrépido.

Si usted esta interesado/a en empezar su propio negocio agrícola, por favor de comunicarse con Lucia Schulz del Centro Para Asuntos Rurales al 402.750.5727 o lucias@cfra.org