Valores del Mundo

Por Gregorio Congote

Las bienaventuranzas nos describen un grupo de personas que se dice que son felices porque actúan de una manera particular y se mencionan las bendiciones que disfrutarán. Es importante recalcar que mientras las enseñanzas de Jesús apuntan de alguna manera hacia el establecimiento del reino de Dios, el tipo de conducta o valores que Jesús invita a seguir, es con mucha frecuencia lo opuesto de aquellos que casi toda la sociedad tiene como apetecidos. Quizás la manera de interpretarlos consiste en ver primero las bendiciones que ofrecen. Jesús al ver tanto sufrimiento en la gente que lo seguía para todas partes, gente pobre, humilde, indefensa, desamparada decide darles las bienaventuranzas que les ayudaría a ver sus vidas desde la óptica de Dios. Tenemos un Mesías que sufre, sufrirá y será rechazado. No va a gobernar sino a servir. Sus seguidores deben seguir sus pasos, cargando la cruz. Jesús extiende esta invitación a todos nosotros hoy una vez más. Negarse a sí mismo y perder la vida significa dejar de controlar el destino y abrirse al conocimiento verdadero de sí mismo al dejar de lado la imagen construida por las ilusiones mundanas sobre el significado de la vida. Sólo por medio de un profundo compromiso con Jesús se puede comprender lo que significa perder la vida de uno mismo para lograr el Reino de Dios.

Recordemos que los valores del mundo nos dicen felices los que tienen una buena situación económica porque pueden tener todo lo que quieran, alégrense y gocen cuando el dinero les llegue rápido, nunca se detenga a pensar y cuestionarse de qué manera o a costa de quien, usted será la envidia de todos. Jesús dice felices los que saben que necesitan de Dios, los que ponen la confianza en Dios en vez de las cosas materiales. Todo lo que necesite se le dará. Felices los que saben que no es la cantidad de dinero que poseen lo que los hace ricos, sino la clase de personas que ustedes son. Ustedes serán ricos a los ojos de Dios y eso es lo que cuenta. El mundo nos enseña a ser rudos y nos alaba cuando tenemos gente que nos tiene miedo y por lo tanto vemos resultados porque la gente hace lo que nosotros queramos.

Jesús dice felices los que son gentiles y amables que se reúsan a hacerle zancadillas a los otros. La amabilidad y la gentileza no es una forma de debilidad como muchos piensan, al contrario, es una fortaleza. La única cosa a la que estamos llamados es a ser sinceros y honestos con nosotros mismos, con nuestra propia verdad. De lo contrario no podremos estar completamente vivos y ser felices. Lo que en realidad importa es que seamos nosotros mismos ante Dios y ante los otros. Este es el viaje de retorno a nuestra casa celestial.