El Bautismo del Señor

Por Padre Jairo Gregorio Congote

El Bautismo del Señor nos presenta una excelente oportunidad para reflexionar sobre nuestro propio bautismo y su significado. El día más importante de nuestra vida debe ser el día de nuestro bautizo. Ese fue el día en el que usted fue moldeado, fue hecho como Jesús quien es sacerdote, profeta y rey. Todas las personas que se bautizan son ungidas, son pequeños Mesías, son pequeños cristos. Esto es sacerdote, profeta y rey. Esto es parte de las enseñanzas de la iglesia, se puede ver como cada cristiano participa de estos tres oficios, tareas, o ministerios.
Que significa que uno sea SACERDOTE, un sacerdote es aquel que ora por otros, intercede por otros y lleva a cabo o realiza sacrificios por otros. Adán, Noé, Abraham, Jacob, Moisés son ejemplos de sacerdotes. En el templo los sacerdotes judíos realizaban sacrificios. Los sacerdotes son mediadores, son amigos de Dios y de los humanos. Ser sacerdote significa que usted es una persona de oración, en especial, una persona que ora por los demás, que intercede por los demás. Usted debe orar por el pueblo de Dios. Dios a través de nosotros y de nuestras oraciones canaliza las cosas. Por eso es importante preguntarnos si oramos, si rezamos con frecuencia. Todos ustedes miembros de la familia asisten a misa? El Concilio invita a una participación activa, consciente y fructuosa en la misa. Usted estará respondiendo a su llamado sacerdotal de bautismo cuando usted viene a misa y ora y participa activamente. Esta usted ejercitando su sacerdocio? Ora usted por otros?
PROFETA. Todos los bautizados somos profetas. Un profeta es el que habla por Dios. Su tarea era hablar la palabra de Dios, fuera bienvenida o recibida o no. Los que hablan por Dios no son con frecuencia muy populares porque hablan cosas que a la gente no le interesa o no aceptan. La palabra de Dios debe estar en sus labios con frecuencia. El profeta está llamado a hablar la palabra de Dios en público. Pero debemos hablar de Dios y de su centralidad e importancia en nuestras vidas. Debemos incluso llevar, lucir signos de nuestra fe, mostrarlos en nuestros lugares de trabajo. Obviamente ustedes deben predicar con la ejemplaridad y belleza de sus vidas, pero si la gente con la que trabaja no saben su fe, es porque ustedes la llevan muy personal, muy escondida y no están cumpliendo su llamado a ser profetas. Ser profeta es anunciar y enseñar la fe.
REY. Un rey es alguien que lleva a los otros a Dios y organiza las cosas para que la gente encuentre su misión. Todos los bautizados somos Reyes en Cristo por el bautismo. Cuando usted le da a alguien buen consejo en la vida espiritual, cuando los dirige a los fines que Dios quiere que alcance, usted estará actuando como rey, como líder. Cuando los padres se aseguran que los hijos están por el camino de la santidad y la van a buscar y alcanzar, están actuando como reyes. La responsabilidad primordial de los padres es asegurarse que los hijos estén creciendo en santidad, por supuesto que les deben enseñar a socializar, a jugar deportes, pero gobernar a la familia, es ayudar a los hijos a encontrar su misión en la vida. Ayudarles a encontrar lo que Dios quiere que hagan es actuar como reyes. Ejercer nuestros ministerios como sacerdote, profeta y rey es la mejor manera de honrar al Señor.